Las 3 Mejores Bodegas del Puerto de Santa María: Secretos, Vinos TOP y Historia 🍷

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El Puerto de Santa María, enclavado en la provincia de Cádiz, no es solo una postal de playas y palacios. Es el corazón del Triángulo del Jerez, un territorio donde el vino se convierte en arte y las bodegas del Puerto de Santa María escriben siglos de historia en cada botella. Este artículo desentraña las tres bodegas imprescindibles de la ciudad, sus emblemáticas botellas, su producción y la fascinante historia de la más antigua, que sigue definiendo el carácter de esta tierra.


1. Bodegas Osborne: Gigante histórico y guardián del Toro

Fundación: 1772
Producción anual: +60.000 botas (la más grande del Puerto)
Botellas destacadas:

  • Fino Quinta (15€): Un fino criado bajo velo de flor en las bodegas de Mora, con notas de almendra tostada y un final salino que evoca la brisa del Guadalete.
  • Brandy Veterano (30€): Elaborado con el sistema Solera Familiar, combina brandies de hasta 15 años. Un clásico con matices de vainilla y tabaco.
  • Oloroso Bailén VORS (120€): Con un promedio de 30 años en barrica, es una joya de concentración y complejidad, con aromas a nuez moscada y regaliz.

Puedes hacer click en los nombres de las botellas con el nombre en rojo, y te llevará a Amazón por si quieres echarles un ojo 😉

Historia y legado:
Fundada por Tomás Osborne Mann, esta bodega es un símbolo de resistencia. Sobrevivió a la filoxera, las guerras y hasta a un intento de retirar su icónico Toro de las carreteras en 1994, que terminó convirtiéndose en un emblema nacional. Su Bodega de Mora, adquirida en 1830, alberga la mayor colección de vinos VORS (Very Old Rare Sherry) del Marco de Jerez, con botas que superan el siglo de crianza.

Osborne no solo produce: educa. Sus visitas guiadas incluyen la Toro Gallery, donde se narra la historia del famoso toro diseñado por Manolo Prieto, y catas maridadas con productos Cinco Jotas.


2. Bodegas Gutiérrez Colosía: Tradición familiar a orillas del Guadalete

Fundación: 1838
Producción anual: ~5.000 botas (la más pequeña del Puerto)
Botellas destacadas:

  • Fino Perdido (18€): Un fino de crianza biológica en barricas de roble americano, con un perfil salino y toques cítricos que reflejan la influencia atlántica.
  • Amontillado Solera Familiar (45€): Con 12 años de media, equilibra notas de avellana y caramelo con una acidez vibrante.
  • Oloroso Sangre y Trabajadero (20€): Con color caoba y notas de castaña, en boca tiene una entrada amable, graso, untuoso y redondo, tiene notas medicinales y tostadas.

El secreto de la ubicación:
Única bodega situada directamente en la desembocadura del río Guadalete, aprovecha la humedad constante para la crianza bajo velo de flor. Sus instalaciones, conocidas como naves catedralicias, mantienen techos altos y arcos que regulan el microclima. Aunque su producción es modesta, su enfoque artesanal y la preservación de métodos ancestrales la convierten en un referente de autenticidad.


3. Bodegas Caballero: Innovación entre murallas medievales

Fundación: 1830
Producción anual: ~25.000 botas
Botellas destacadas:

  • Fino Las Medallas (12€): Un fino joven y fresco, con toques florales y un final ligeramente amargo, perfecto para mariscos.
  • Ponche Caballero (20€): El primer ponche español, creado en 1950. Mezcla brandy, vinos dulces y especias, con un perfil cálido y especiado.
  • Oloroso Siglo XVIII (85€): Con 20 años de crianza, ofrece notas de higo seco y cacao, con un cuerpo sedoso que evoca su pasado colonial.

Fusión de historia y modernidad:
Su sede en el Castillo de San Marcos —una fortaleza del siglo XIII— simboliza la unión entre patrimonio y enología. Aunque su producción es menor que Osborne, su diversificación en brandies y licores (como el Ponche) la posiciona como un actor versátil en el mercado internacional.


La bodega más antigua: Osborne y su legado VORS

Entre las bodegas del Puerto de Santa María, Osborne no solo destaca por su tamaño, sino por su papel en la historia del fino. En el siglo XIX, sus técnicos perfeccionaron la crianza biológica bajo velo de flor, clave para los vinos secos que hoy definen la región. Su colección VORS incluye joyas como el Amontillado 51-1ª, un vino de 1910 que solo se libera en ocasiones especiales.

El dato curioso: En los años 60, Salvador Dalí diseñó una botella exclusiva para su brandy Conde de Osborne, fusionando arte y vino en una edición limitada que hoy es pieza de coleccionista.


Un viaje sensorial por las bodegas del Puerto de Santa María

Explorar estas bodegas es sumergirse en un relato de pasión, terruño y resiliencia. Desde los VORS centenarios de Osborne hasta el ponche innovador de Caballero, cada botella cuenta una historia escrita con uvas palomino y brisas marinas. Si visitas la zona, no te pierdas:

  • Una visita premium a Osborne (55€), que incluye cata de cuatro VORS y jamón Cinco Jotas.
  • La ruta fluvial junto a Gutiérrez Colosía, donde el Guadalete narra siglos de tradición.
  • El Castillo de San Marcos de Caballero, donde el vino y la historia se funden en cada piedra.

En un mundo de prisas, las bodegas del Puerto de Santa María nos recuerdan que el mejor vino —como las leyendas— se hace esperar. 🍷✨ Puedes clicar aquí para ver las mejores bodegas del marco del Jerez.

Nota: Los precios son orientativos y pueden variar según añada y punto de venta, al comprar una botella a partir de los enlaces citados nos generarás una pequeña comisión, ayudando a que esta pequeña web pueda mantenerse 🙂

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